Vuelve el Madrid al lugar que nunca debió dejar

Anoche por fin todo volvió a la normalidad.
El Real Madrid vuelve a cuartos de Champions después de siete años en blanco y nunca mejor dicho. Un Bernabeu entre olés homenajeó a sus jugadores pese a que Mourinho no quedó del todo contento con la afición y necesitó más.

La primera parte comenzó como siempre, con un Lyon bien colocado y paciente a la espera de cómo se sucedieran los hechos y un Madrid algo perdido. Pero anoche no se iba a repetir la misma historia de siempre. Se adelantó Marcelo, avisando que esa iba a ser su noche. Defendió, atacó y marcó. Qué más se le puede pedir...

Benzema hizo el segundo. Ese jugador que ya tiene carácter y que ya juega a las mil maravillas gracias a Mou. Di María puso el tercero ante un Lyon que ya estaba deseando irse a su casa o se había ido hacía tiempo. Anoche fue el partido del Real Madrid, sobre todo en la segunda parte. No hubo otro dominio que el de los blancos.

Ozil volvió a ser el rey de reyes. Sus pases son inconmensurables y Pepe vuelve a ser el asesino que fue siempre. Anoche se salvó de la expulsión no sabemos porqué. Esas locuras que le entran de repente empiezan a ser problemáticas.

El partido, aparte de la victoria del Madrid, y la fiesta del Bernabeu, nos trajo emoción y generosidad. Todos los jugadores, al término del partido, se pusieron una camiseta de ánimo a Abidal. Desde aqui le deseo que gane el partido más importante de su vida y volvamos a verle pronto en los terrenos de juego.

Por cierto, al que quiero ver pronto, pero en el Bernabeu es a Raul. Porque quiero al Shalke en cuartos. A mí es que me gusta ser previsora, pero sin ofender a nadie.