jueves, 24 de febrero de 2011

Un poquito de por favor...


Primeramente, disculparme por los días que he desatendido el blog, pero otras obligaciones han llamado a mi puerta y me ha sido prácticamente imposible... Ahora que ya estoy asentada de nuevo y más tranquila retomo mi querídisima bitácora.

No voy a hablar ni de fútbol, ni de tenias, ni baloncesto. Voy a hablar de algo más importante que todo eso. Y que conste que no lo hago para dar lecciones de nada y mucho menos de moral. Tampoco voy a contaros nada nuevo, ni que no sepáis ya, pero si estas líneas sirven para algo, y alguien que las lea, recapacita, se para y piensa, pues bienvenido sea.

No dejo de ver gente exaltada, de mal humor, en el tren, por las calles. Gente agobiada con sus problemas, gente en definitiva que pierde los nervios rápidamente.

Gente que gira la cara cuando ve un vagabundo pedir, que se pone de mal humor cuando escucha algún discurso en el metro contanto sus penalidades, gente que se pone los cascos y sube su música del mp3 y hasta cierra los ojos para no tener que "soportar" a esa gente sin recursos que nos rodea.

Y sé que muchos de vosotros pensaréis eso de "muchos vagabundos están así porque quieren" o "piden dinero para drogarse". Pero, ¿qué pasa con esa gente que han sido tocados con la varita de la mala suerte y simplemente les ha tocado vivir una mala vida? También ante ellos debemos girar la cara, ¿no?

Al salir de la ONG en la que colaboro, cerca de Sol, hay siempre un hombre sentado, sin piernas,pidiendo dinero. Le dejo unas monedas y la tristeza me invade porque sé que nada solucionan y no sé que más se puede hacer...Por Gran Vía hay un hombre que regala su poesía, poesías increíbles os lo puedo asegurar, así podría seguir hasta siempre.

Justo anoche emitían un nuevo capítulo de Hospital Central. Entre otras historias, contaban la de una mujer que no podía dormir. Aparentemente un problema minúsculo. Pero la cosa pintaba mal, cuando no eran capaces de dormirla ni cuando la sedaron. Diagnóstico: insomnio letal. Los síntomas empezaban con apatía, mal humor y sueño. La mujer moriría en meses y además estaba embarazada.

No sé muy bien con qué fin escribo esto, y me reitero que no quiero exigir nada ni mucho menos dar lecciones a nadie, pero un "poquito de por favor". Al menos intentemos ser felices con lo que tenemos, y no giremos la cara, que a veces las cosas nos pueden tocar a nosotros.

miércoles, 9 de febrero de 2011

¿Qué pasa con la liga?


Hemos entrado en un punto de la liga que me aburre. Me aburre porque el Barca lo gana todo sin apenas esforzarse ( que conste que esto no es un ataque, sino todo lo contrario), pero ver un partido del Barca no conlleva nervios ni motivación porque se sabe que van a ganar.

Es por ello, que yo, que soy una de las personas más positivas y con mayor esperanza en las cosas, y la cuál cree en los milagros, no ve al Madrid ganador de liga. Es más, me atrevería a decir, que la diferencia aún se va a hacer mayor.
Es cierto, que no hay que recriminar nada a los blancos. De lo malo, son los únicos que les plantan cara en la liga, porque lo que es el resto hace tiempo que despuntaron, pero hacia abajo. Y aunque el juego del Real Madrid es muy bueno y en la liga no parecen rendirse, lo que pase en el Bernabeu parece ser clave. Como siempre.

Y pese a que la liga está perdida, prefiero pensar que hay un atisbo de esperanza en la Champions. Cr7 está deseoso de ganarla, al igual que todos los aficionados madridistas, que tienen hambre de títulos y sobretodo de Copa de Europa. El Madrid se enfrenta al Lyon, no digo más y lo digo todo. Espero que la cosa cambie esta vez.

De la final de Copa del Rey no sé qué decir. Porque los tópicos me los sé de memoria: "en un partido todo puede pasar, los blancos quieren la revancha tras la manita..."
Sé que me está quedando una entrada bastante negativa en cuando al Real Madrid se refiere, pero empiezo a estar arta de verles ganadores de todo y darles una oportunidad en cada encuentro y luego...

Aver si me calláis la boca y ganáis en la final, que nos merecemos una alegría.